Una bolsa.

Solo es mi opinión.

Una bolsa.

Solo en un vademécum, solo en eso he intentado guardar mi corazón… Estaba ordenando mi montón de libros que tengo en un armario viejo y todo degastado, de pronto me senté en un pedacito de mi cama porque estaba llena de libros, mi perrito entró, saltó para que lo acariciara y miré pasar una sombra en la puerta, al mismo tiempo mi cachorrito y yo volteamos hacía la puerta, es ese momento hubo una conexión especial, de miedo, y sentí que alguien me observaba, alguien misterioso, no fantasma, no malo, sino algo fantástico, sentí pavor y mejor me descansé en la silla, supuse que solamente fue que paso un carro en la calle y se reflejó la luz, me relaje y cavilando, meditando como iba a ordenar mi chorro de libros y solo libros de pasatiempo, cuando noches me la pasaba en vela, y no tenía más que hacer que leer Shakespeare, Julio Verne, Paulo Coelho, Edgar Allan Poe, me encanto la novela del Viejo y el Mar, pero bueno me estoy saliendo de la historia.

Entonces agarré mis libros de matemáticas que son muchos, y los llevé a el librero de la recamara especulé que a alguien le pueden servir, entré y mire otra vez esa sombra pasar, recapacité que estaba en una película de alguno de mis primos, dejé caer mis libros y corrí a ver a mi madre, que estaba en la sala, le pregunté que si alguno había llegado a la casa, ella lo negó, volví a aquella recamara, un poco preocupada, debo confesar, ordene los libros y me fui a mi cuarto, miré una bolsa y lo hice… guarde lo más preciado para mí en ella, mi libro favorito, a mi familia, un collar, aretes, un espejo, un anillo, una carta, mi canino, mi celular, mis lentes de contacto, mi laptop, un escritorio, una cantimplora, casi toda mi casa y por ultimo miré a mi pecho, y en él observé que estaba lo más magníficamente preciado para mí, puse mi mano encima de él, dejé que se adentrará, y saqué mi corazón, porque así pensé que podía olvidarte, que podía desvanecer.

La sombra entró, muy lentamente, yo tenía mi corazón sangrado en mi mano, no pude hacer nada, me quede paralizada, miré a la sombra, parecía un ángel, movió la cabeza de lado a lado, puso su mano debajo de la mía y la dirigió a mi pecho.

Me desmallé y cuando desperté observé que ese ángel eras tú.

Se habrán dicho muchas cosas, se habrán escrito muchos libros, pero mientras tu corazón no lo sienta, nada sabrás del amor verdadero.