Los lentes mágicos
Los
lentes mágicos
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abía una vez, un par de
gafas color plata oscuro con letras de marca Puma en tono naranja, cuadrados,
con una mica muy gruesa y un estuche rojizo con bordados blancos, estaba en la
óptica esperando salir... ser libre para cumplir su sueño de corregir la vista
de algún miope.
Un día de enero una
jovencita de 20 años de edad, se quejó con sus padres que sus lentes estaban
muy rayados, tanto que no podía ver muy bien, entonces ellos fueron a la óptica
para ver un par de anteojos, y su madre de la nena eligió esos lentes mágicos,
aunque después de comprarlos y de llevarlos a casa, no tuvieron un agrado
favorable, tenían un don especial.
Los anteojos tenían un
guardián, un gnomo que venía de la tierra de la margarita, el duende procuraba
que estos lindos lentes no se maltrataran, no se perdieran o que los robaran,
pero tenía un costo si los lentes llegaban a casa y al enanito le gustaba alguna
cosa de la nueva dueña, este objeto se desvanecía durante una semana.
Pasaron meses y pasaron
desapercibidos los vidrios hasta que un compañero de la chica notó que eran
nuevos, y los elogió, después ayudaron a aprobar exámenes, a ver las maravillas
de la naturaleza, a reír, a observar chicos guapos y no tan agraciados, a ver
injusticias, y duras verdades, a observar el color del viento, la danza de las
manos en un piano, a admirar las joyas, a saborear la vida solo con una mirada.
Pero el chaparrito no
perdía tiempo mientras pasaba todo esto, la dueña extravío su garrafón que
apareció después de siete días en la lavadora, sus peluches... uno por uno que
se hallaron en el baño, en el ropero, jardín, banqueta de la casa, colgado en
la lámpara de la sala, también perdió un lapicero rosa, un libro, un guante
rojo que se encontró metidos en una bolsa verde, y un par de zapatos los cuales
aparecieron en la teja del segundo piso. Todo perdido y encontrado durante una
semana.
Y por fin llegaron las
vacaciones y la familia salió de viaje, un recorrido por el tiempo, tras tres
días de paseos, viento, dulces, observar muchas flores multicolores y mucha
carretera, en una noche la chica llegó al hotel con su familia ya agotados de
subir tantas colinas, con frío y mucho cansancio, se acostó y a la mañana
siguiente los lentes desaparecieron.
Buscaron y buscaron
como Sherlock Holmes los anteojos pero no hallaron pista de nada, no quedo más
que colocarse el repuesto, es decir, lentes de contacto, y ya solucionado por
un momento la situación la familia salió a un parque eco turístico, donde la
pequeña adulta pasó veredas para llegar a hermosas cascadas, cuando llego a la
catarata mayor checó la figura de un duendecillo corriendo con sus lentes, ella
trato de seguirlo pero al dar el primer paso su falda se atoro en los arbustos
y el enanito salió matándose de la risa.
Ella se trató de
relajar un poco, respiro hondo y observo la belleza del agua color turquesa,
estaba tan tranquila, y se dio la vuelta y tropezó con un chico alto, blanco,
de lentes oscuros, cabello corto café, llevaba una gorra gris, playera blanca, con
shorts rojos... ella no lo vio bien solo se disculpó con él y siguió su camino,
pero después de varios pasitos, le dio un reojo y el muchacho traía una hoja de
trébol en la espalda, nuestra mujercita se acercó; con mucho cuidado le quito
la plantita sin que él lo sintiera, pero antes de que se la quedara se giró el
joven, se presentaron en un idioma no natal para nuestra artista, el inglés, si
ya sé que están pensando, y sí el chico era extranjero y solo hablaba bien dos
idiomas Ingles y Danés su lengua natal. Entonces comenzó la plática común para
saber de donde es una persona, su edad, si estudia, idiomas, intereses, que lo
trajo hasta aquí y cuando ya paso media hora, llegó la hermana de nuestra
protagonista y tuvieron que seguir su camino.
Tras pasar dos días sin
rastro del chico y ni en gnomo, la familia de la nenita fueron a una pista de
hielo, hicieron fila, se pusieron los patines pero los de la chiquilla tenían
unos tréboles dibujados, entonces corrió hacía la tienda que le dio los zapatos
y encontró tréboles que guiaban a la pista, donde estaba patinando como loco el
gnomo con los lentes mágicos, el duendecillo al ver a la chica se escapó
dejando un rastro de tréboles de tres hojas.
La joven siguió el
rastro sin embargo llegando casi al final observo que había dos caminos
entrecruzados de tréboles que llevaban a la camioneta del padre de la nena, y
para la sorpresa en el carro estaba sus lentes, los cogió y alzó la mirada y
por el otro camino de hojas venía el chico extranjero con rosas blancas, él se
asomó a ella, ella lo miraba borroso, él la besó.... Y ella ya nunca más
necesito lentes para observar el amor.
FIN
Comentarios
http://envueltaencrema.blogspot.com
Me he reido mucho cuando he leido que el enanito salio matandose de la risa.
Jej
Votos de Feliz Ano Novo com muita luz de Esperança por um mundo melhor....
Cumprimentos
http://elarmariodeale.blogspot.com
Eres una buena escritora,mui lindo texto con una historia excelente.Linda mismo.
Te deseo un feliz y glorioso 2013..muchas alegrias amiga
Rachel Omena...volveré siempre ok!
Besitos
<3
Empecemos muy bien el año nuevo!!
gracias por tu saludo
Feliz año!! Besitos :D
Un abrazo.
TE DEJO MI HUELLITA DE HOY CON MI CARIÑO Y MI COMPAÑÍA DE SIEMPRE.
UN BESO Y UN ABRAZO ARGENTINO.
:D
Lindo día para todos
:D