4 Parte de La Dulce Roscelyn
Solo es mi opinión.
Ros se acercó
al hoyo, le temblaban las piernas, tenía ganas de vomitar, en cada paso se
sentía más y más mareada, eran los mismos síntomas de cada mañana.
Justamente el día en que se cumplían los seis largos meses de no ver a
Rosa, se atrevió a desafiar a su madre- era noche y su madre estaba en la
estancia de la casa-
-¡MAMA!
-
Hija...-antes que siguiera la cortó
-¿DONDE
ÉSTA MI HERMANA? LA NECESITO, NO ME ENTERADO DE ELLA, YA TIENE MUCHO TIEMPO,
¡MADRE DIME DONDE SE ENCUENTRA!
- Hija ya
te dije que fue a ver a unos parientes.
-¿DONDE
ÉSTA?
Ros oyó esa
voz otra vez- VE AL FOSO
- Mira...
-¡DONDE
ESTA! ¡ES IMPOSIBLE QUE LA DEJES IR SOLA SIN MI, NO LA DEJAS IR SIN MI, NUNCA
Y! ¿POR QUE AHORA SI? ¡DÍMELO YO SOY SANGRE DE SU SANGRE DEBO
SABERLO!
-VE AL PEJE-La voz seguía cada vez más fuerte y eso hacía que Ros explotara.
- NIÑA, NO
ME HABLES EN ESE TONO ¡SOY TU MADRE!- SE LEVANTÓ DEL SILLÓN.
-VE AL MALDITO POZO AHÍ ESTA, TE ESPERA.
- SI EN
VERDAD ERES MI MADRE, CUÉNTAME QUE HICISTE CON MI HERMANA, ¿POR QUÉ
DICES QUE VALLA A LA POZA?
-¡Hija mía
yo no dije eso!
- ¿QUE
ACASO AHÍ LA AVENTASTE?- Se dirigió al hueco, como una saeta.
- ¡Date
cuenta que no todo lo que ves y oyes es verdad!- Ultima frase de su sabía madre,
no se movió.
-¡Rayos, me
tengo que detener!- dijo y emergió la voz...
-SIGUE, SIGUE, SIGUE YA FALTA POCO.
Siguió y
cuando llegó en lugar de su cara reflejada en el agua, vio a su hermana
en agonía.
El agua era helada, ella no sabía nadar, alcanzó a ver su brazo, pensó que estaba bien alucinada, su cuerpo poco a poco se convertía en vapor, del miedo... flaqueo.
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